1 de abril de 2022

Profesionalismo y competencia

Categoría
Tema de Interés
Colaboración
Lorena Cifuentes
EHR SAS
Departamento de Diseño
Ingeniera química, máster en ingeniería contra incendios
Escrito por
Ingeniero Civil, Gerente General
Edgar Hernando Romero Giraldo
Coordinación

Uno de los códigos de construcción más antiguos del mundo, data del II milenio A.C., se trata del código Hammurabi. Una de sus leyes hace referencia a la responsabilidad profesional de esta manera: ‘Un arquitecto que haya construido una casa que se desplome sobre sus ocupantes y les haya causado la muerte es condenado a la pena de muerte’. Este tipo de ley de alguna manera es la base de lo que se conoce actualmente como diseño por desempeño. Un elemento fundamental en este tipo de códigos es plantear un requerimiento funcional. Es decir, el código explícitamente define un objetivo como medida del éxito del proyecto, en el caso del código Hammurabi era que la casa construida fuera resistente. Sin embargo, este tipo de códigos puede llegar a ser de valor limitado debido a que no se define un método para cumplir con dicho objetivo. El propósito de este artículo es comentar sobre el alto nivel de profesionalismo y competencia que se requiere para llegar a hacer diseños de sistemas contra incendios basados en el desempeño.

Una de las ventajas que ofrece el diseño por desempeño es un grado de flexibilidad mucho más alto que lo que se podría obtener mediante normas prescriptivas. Sin embargo, para lograr implementar este tipo de proyectos se debe contar con la competencia adecuada. Hasta cierto punto el modelo prescriptivo ofrece un alto grado de contingencia. Por lo general este tipo de normas suelen estar en un lado conservador del espectro de seguridad. Mientras que el diseño por desempeño es realizado justo a la medida, es decir se atenúa el riesgo lo necesario para cumplir con el objetivo de protección acordado. Esto quiere decir que el ingeniero encargado del proyecto debe estar consciente de las limitaciones del método de diseño y de los sistemas instalados. El cliente por otra parte debe ser consciente de su responsabilidad en el mantenimiento de los sistemas. Sin embargo, un buen diseño minimizaría estos requerimientos.

Por otro lado, se debe contar con una autoridad competente que reciba y apruebe los proyectos por desempeño.

Suele pasar que la autoridad en muchos casos esta menos calificada o cuenta con menos experiencia y pericia que los ingenieros que presentan los diseños. En este caso la autoridad competente tiene la opción de aceptar a ciegas, o de cohibir totalmente los diseños por desempeño generando un atraso en el desarrollo del país. Lamentablemente, en este momento, incluso presentar proyectos bajo normas prescriptivas es un problema si la autoridad competente no se capacita, o si intentan abarcar un mercado que no corresponde con sus capacidades. Por esto nos debemos preguntar, ¿es nuestra autoridad realmente competente?, y si lo es, ¿están haciendo las preguntas correctas?

Finalmente, otras profesiones han demostrado que es posible realizar un proceso de autorregulación, como los abogados o los médicos. Existe la posibilidad de no regular las normas, como se hace actualmente en Colombia, sino regular al ingeniero o ingeniera que realiza el diseño. Teniendo en cuenta que los ingenieros con las competencias necesarias para realizar proyectos por desempeño en Colombia son muy pocos, es mucho más efectivo regular al profesional que, al edificio, más aún cuando la autoridad competente no cuenta con las herramientas para validar estos diseños. Cabe resaltar que si se cuenta con el profesionalismo necesario la industria de protección contra incendios se podría autorregular de manera similar a la industria de aviación, donde la reputación de la empresa es lo más importante, y la competencia se basa en entregar el mejor equipo al mejor precio, sin afectar la calidad, pues finalmente la reputación es la que se juega.

En conclusión, el diseño por desempeño es viable siempre y cuando se cumpla con los estándares requeridos de profesionalismo y competencia. El ingeniero o ingeniera responsable de este tipo de proyectos debe contar con un conocimiento profundo de los métodos de diseño, porque es quien finalmente defenderá́ las suposiciones que realizó ante la autoridad competente. De igual manera la autoridad debe reconocer hasta qué punto tiene la competencia para cuestionar un diseño y en caso de no tenerla buscar asesoramiento externo. En este caso la autorregulación juega un papel importante porque el asesoramiento probablemente provenga de un diseñador par y la autoridad simplemente se vuelve un testigo.

Referencias

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